martes, 13 de octubre de 2009

"NaDiE TiEnE LaS MaNOs LiMpIAs"

“En realidad nadie sabe cuando le va a llegar su día, la vida la tienes contada…” Eso debió pensar el Sargento Segundo Eisenhower Mateus quien había sido comandante en Jamundi, después de que fue trasladado al Comando del barrio el El Lido el 2 de Junio de 2000.

William; su hermano que trabajaba y estudiaba, decidió durante varios años ayudar a Eisenhower con sus estudios en la Escuela Simón Bolívar de Tulúa, para que fuera policía.

Lo hizo por la seguridad de Eisenhower quien andaba con malas amistades, y a quienes una a una fueron asesinando, lo que era él en la actualidad, en gran parte se lo debía a su hermano y a su esfuerzo trabajando.

Años más tarde…

Eisenhower Mateus fue nombrado comandante, sargento, poco a poco fue ascendiendo de cargo, y trasladado a los comandos de policía en varios municipios de Cali.

Un fin de semana como cualquiera esta persona de profesión tan riesgosa, decidió descansar.

El Sargento Segundo disfrutaba un fin de semana con su familia, sin pensar que tal vez sería el último, que pasarían juntos, aprovechó para salir de compras con su esposa al Éxito de La Flora. Al encontrarse en este sitio cercano al hogar de su madre, decidió visitarla mientras su esposa seguía en el supermercado.

Su esposa era muy ambiciosa, y su ambición por tener más dinero crecía cada vez más, todo esto lo forzó a participar en actos no aceptables para su alto rango en la Policía. Lo que aún es incierto, fue lo que ocurrió exactamente el ultimo día que lo vio su familia, según el informe que hizo la fiscalía.

Exactamente el sábado 3 de Junio, Eisenhower salió muy temprano en su camioneta blanca, para encontrarse con un amigo suyo que era tramitador y trabajaba en la fiscalía, y quien se encontraba en ese lugar en el momento menos indicado y con la persona menos indicada, no llevaba su arma ese día, algo que era muy extraño, porque siempre salía armado para defenderse en algún momento difícil.

El Sargento Segundo iba estrenando ropa; llevaba una camisa de color naranja y un pantalón azul; durante su encuentro, estuvo hablando con su amigo, al parecer los abordaron unos hombres.

Ya era tarde y Eisenhower no aparecía, eso empezó a preocupar a su esposa, porque la última llamada que le hizo él fue a las 8 p.m.; para que tuviera listo el garaje y pudiera estacionar mas tranquilamente su camioneta, pero esa noche no llegó.
Su esposa desesperada decidió a llamar a su cuñado William, que vivía en el segundo piso del edificio que habían construido juntos los dos hermanos y le dijo que su esposo no aparecía, ese mismo día ellos decidieron ir a buscarlo, con algunos de los compañeros de trabajo de la policía de Eisenhower.

Ella decidió ir donde se suponía que él iba a estar pero no encontró a nadie.
Alguien llamó a Yinet su esposa para avisarle de una camioneta blanca que habían encontrado, que tenía exactamente la descripción de la que era de su propiedad.

Yinet logró recuperar la camioneta; fue hallada sin los tapetes, con una camisa de bebe, al parecer su interés era más económico que de pareja y la trajo hasta su casa.

William se dedicó a repartir volantes en las diferentes ciudades y lugares donde su hermano el Sargento Segundo había trabajado o donde él era conocido.

Al día siguiente de su desaparición, la esposa de un primo de William y de Eisenhower, ella era abogada, tuvo como compañero de estudios a alguien que ahora era Fiscal en Dagua y este le comento a ella que, en la entrada a Tocota, habían hallado los cuerpos de dos personas incineradas, que los habían enterrado como N.N.; al ver que nadie de la familia había ido a reconocer los cuerpos.

Ella habló con William y le dijo lo ocurrido, porque era conveniente que fuera hasta Dagua para que viera los cuerpos y así descartar que fuera el Sargento Segundo.

El día que fueron a reconocer los cuerpos en Dagua. William fue acompañado por mi, él al verlo inmediatamente lo reconoció a pesar de que el cuerpo se encontraba prácticamente irreconocible.

Se dio cuenta que era su hermano por el mechón lleno de canas en su cabeza, por un dedo del pie, que Eisenhower desde muy pequeño se dañó cuando montaba bicicleta.

Alcanzó a ver en medio de su cuerpo incinerado un pedacito de la camisa naranja, que llevaba exactamente el último día que se le vio y que en la actualidad conserva la fiscalía, un botón del pantalón que William aún conserva.

William se encargó de llamar a la esposa de su hermano para avisarle del cuerpo, pero ella se negaba a aceptar que era el Sargento, y aún así llamó a su suegra para contarle lo ocurrido.

Los compañeros de trabajo del comando de Eisenhower lograron convencer a Yinet para que no fuera a reconocer el cuerpo del Sargento.

Por la forma en que se halló el cuerpo del Sargento Segundo y el de su amigo tramitador fueron torturados, le quitaron las yemas de los dedos, les quebraron los huesos, les ataron las manos por la espalda y sus pies con una cinta adhesiva americana, los llevaron en una bolsa plástica en la cajuela de un carro, con canecas grandes de pegante bóxer que se encontraban al lado de cada uno de ellos, para luego disponerse a quemarlos vivos.

Al parecer Eisenhower tenía una cuenta pendiente con la vida pero la muerte se lo arrebató de sus manos.

William después de enterarse de la horrible muerte de su hermano quiso seguir investigando por su cuenta, pero empezó a recibir llamadas anónimas, así que él y su familia decidieron irse del edificio que era propiedad de él y de su hermano.

Meses más tarde, en vista de todo esto William decidió no seguir investigando más sobre la muerte del Sargento Segundo Eisenhower Mateus, para no poner más en riesgo a su familia, y luego él viajó al extranjero para trabajar y ayudarle a su esposa, hija e hijastras.

Y pensar que; este ha sido uno de los tantos casos que ha quedado en la impunidad en nuestro país.

tU OPiNiOnEs y PeNsAmIeNtOs cUeNtAn mUcHo...

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