martes, 13 de octubre de 2009

MáS Q UNa MaScOtA Es un AmIgO...

MALTRATO ANIMAL, PORQ ELLOS TAMBIÉN MERECEN RESPETO.

Muchas son las personas que comparte su vida con los seres más lindos y fieles. A ellos, no les importa si eres rico - pobre, chiquito – grande, negro –blanco, solo les interesa que les regales un poco de tu amor con carisias, juegos y un poco de atención.

Aunque no todos corren con la buena suerte de tener unos amos que les brinden todo el cuidado y cariño que merecen.


Por eso, el pasado 4 de Octubre, más de 3.000 personas marcharon para decirle no al maltrato animal, el cual muchos de ellos son sometidos diariamente, de igual manera motivo a la celebración “Mundial de los Animales”.

Este evento de tan gran magnitud, tubo inicio desde las 9:00 a.m, donde comenzó su recorrido en el Plazoleta del Centro Administrativo Municipal acompañados, muchos de ellos, por sus perritos, llegó al parque Los Estudiantes, ubicado frente al Colegio Santa Librada. Allí, niños, jóvenes y adultos gritaron consignas contra el maltrato animal. “Esto es un gesto de familia, de amor; es una fiesta de la ternura, de la autonomía de la gente, del amor por la ciudad. La gente está con sus mascotas reivindicando y trasformando prácticas culturales respecto a la manera como nos comportamos con el tema ambiental y de los animales.

Aquí pudimos observar a personas; de estrato 1 al estrato 6, la ejecutiva, el rockero, el salsero, el reciclador, el estudiante, el profesional, el punkero, el caleño, el extranjero, los krisna, los católicos, el político, los cristianos, el apolítico, el de izquierda y el de derecha, el negro, el blanco, el mestizo, el niño, el abuelo, el hombre, la mujer, el gay, los colectivos y el individuo... la diversidad en todas sus dimensiones, se hizo presente este 4 de octubre en la celebración del 'Día por el respeto a los animales en Cali'.

Fue el encuentro de la ternura, el amor, la alegría, fue la ocasión especial, donde la ciudadanía, algunos con banderas de Cali, acudieron al llamado realizado por el colectivo Defensa Animal, para luchar por sus derechos.

tU OPiNiOnEs y PeNsAmIeNtOs cUeNtAn mUcHo...

"NaDiE TiEnE LaS MaNOs LiMpIAs"

“En realidad nadie sabe cuando le va a llegar su día, la vida la tienes contada…” Eso debió pensar el Sargento Segundo Eisenhower Mateus quien había sido comandante en Jamundi, después de que fue trasladado al Comando del barrio el El Lido el 2 de Junio de 2000.

William; su hermano que trabajaba y estudiaba, decidió durante varios años ayudar a Eisenhower con sus estudios en la Escuela Simón Bolívar de Tulúa, para que fuera policía.

Lo hizo por la seguridad de Eisenhower quien andaba con malas amistades, y a quienes una a una fueron asesinando, lo que era él en la actualidad, en gran parte se lo debía a su hermano y a su esfuerzo trabajando.

Años más tarde…

Eisenhower Mateus fue nombrado comandante, sargento, poco a poco fue ascendiendo de cargo, y trasladado a los comandos de policía en varios municipios de Cali.

Un fin de semana como cualquiera esta persona de profesión tan riesgosa, decidió descansar.

El Sargento Segundo disfrutaba un fin de semana con su familia, sin pensar que tal vez sería el último, que pasarían juntos, aprovechó para salir de compras con su esposa al Éxito de La Flora. Al encontrarse en este sitio cercano al hogar de su madre, decidió visitarla mientras su esposa seguía en el supermercado.

Su esposa era muy ambiciosa, y su ambición por tener más dinero crecía cada vez más, todo esto lo forzó a participar en actos no aceptables para su alto rango en la Policía. Lo que aún es incierto, fue lo que ocurrió exactamente el ultimo día que lo vio su familia, según el informe que hizo la fiscalía.

Exactamente el sábado 3 de Junio, Eisenhower salió muy temprano en su camioneta blanca, para encontrarse con un amigo suyo que era tramitador y trabajaba en la fiscalía, y quien se encontraba en ese lugar en el momento menos indicado y con la persona menos indicada, no llevaba su arma ese día, algo que era muy extraño, porque siempre salía armado para defenderse en algún momento difícil.

El Sargento Segundo iba estrenando ropa; llevaba una camisa de color naranja y un pantalón azul; durante su encuentro, estuvo hablando con su amigo, al parecer los abordaron unos hombres.

Ya era tarde y Eisenhower no aparecía, eso empezó a preocupar a su esposa, porque la última llamada que le hizo él fue a las 8 p.m.; para que tuviera listo el garaje y pudiera estacionar mas tranquilamente su camioneta, pero esa noche no llegó.
Su esposa desesperada decidió a llamar a su cuñado William, que vivía en el segundo piso del edificio que habían construido juntos los dos hermanos y le dijo que su esposo no aparecía, ese mismo día ellos decidieron ir a buscarlo, con algunos de los compañeros de trabajo de la policía de Eisenhower.

Ella decidió ir donde se suponía que él iba a estar pero no encontró a nadie.
Alguien llamó a Yinet su esposa para avisarle de una camioneta blanca que habían encontrado, que tenía exactamente la descripción de la que era de su propiedad.

Yinet logró recuperar la camioneta; fue hallada sin los tapetes, con una camisa de bebe, al parecer su interés era más económico que de pareja y la trajo hasta su casa.

William se dedicó a repartir volantes en las diferentes ciudades y lugares donde su hermano el Sargento Segundo había trabajado o donde él era conocido.

Al día siguiente de su desaparición, la esposa de un primo de William y de Eisenhower, ella era abogada, tuvo como compañero de estudios a alguien que ahora era Fiscal en Dagua y este le comento a ella que, en la entrada a Tocota, habían hallado los cuerpos de dos personas incineradas, que los habían enterrado como N.N.; al ver que nadie de la familia había ido a reconocer los cuerpos.

Ella habló con William y le dijo lo ocurrido, porque era conveniente que fuera hasta Dagua para que viera los cuerpos y así descartar que fuera el Sargento Segundo.

El día que fueron a reconocer los cuerpos en Dagua. William fue acompañado por mi, él al verlo inmediatamente lo reconoció a pesar de que el cuerpo se encontraba prácticamente irreconocible.

Se dio cuenta que era su hermano por el mechón lleno de canas en su cabeza, por un dedo del pie, que Eisenhower desde muy pequeño se dañó cuando montaba bicicleta.

Alcanzó a ver en medio de su cuerpo incinerado un pedacito de la camisa naranja, que llevaba exactamente el último día que se le vio y que en la actualidad conserva la fiscalía, un botón del pantalón que William aún conserva.

William se encargó de llamar a la esposa de su hermano para avisarle del cuerpo, pero ella se negaba a aceptar que era el Sargento, y aún así llamó a su suegra para contarle lo ocurrido.

Los compañeros de trabajo del comando de Eisenhower lograron convencer a Yinet para que no fuera a reconocer el cuerpo del Sargento.

Por la forma en que se halló el cuerpo del Sargento Segundo y el de su amigo tramitador fueron torturados, le quitaron las yemas de los dedos, les quebraron los huesos, les ataron las manos por la espalda y sus pies con una cinta adhesiva americana, los llevaron en una bolsa plástica en la cajuela de un carro, con canecas grandes de pegante bóxer que se encontraban al lado de cada uno de ellos, para luego disponerse a quemarlos vivos.

Al parecer Eisenhower tenía una cuenta pendiente con la vida pero la muerte se lo arrebató de sus manos.

William después de enterarse de la horrible muerte de su hermano quiso seguir investigando por su cuenta, pero empezó a recibir llamadas anónimas, así que él y su familia decidieron irse del edificio que era propiedad de él y de su hermano.

Meses más tarde, en vista de todo esto William decidió no seguir investigando más sobre la muerte del Sargento Segundo Eisenhower Mateus, para no poner más en riesgo a su familia, y luego él viajó al extranjero para trabajar y ayudarle a su esposa, hija e hijastras.

Y pensar que; este ha sido uno de los tantos casos que ha quedado en la impunidad en nuestro país.

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lunes, 12 de octubre de 2009

UnA VeRdAdERa pEsAdIlLa

Un clima caluroso como de costumbre, abundaba de lunes a viernes en el desenlace de las clases de inglés de Angélica Montaño, que cursaba el segundo nivel, conocido como high begginer en el Centro Cultural Colombo Americano al norte de la ciudad.Una clase de dos horas donde practicaba uno de los idiomas más importantes del mundo, con la costumbre de salir del aula de clase rumbo a su casa, en compañía de sus amigas.
Ese jueves 25 de enero del 2007 salía una rubia de ojos claros, estatura baja, con sonrisa de oreja a oreja como normalmente se le veía a aquella estudiante, quien de la mano de sus dos amigas coge la ruta que la mayoría de los estudiantes del sector utilizan, sobre la Avenida Sexta uno de los recorridos más opcionados para ellos. Pasando kokoriko, la iglesia San Judas Tadeo, hasta la cuadra de una de las discotecas más conocidas de la zona rosa (Salamandra), para culminar en la parte de atrás del Club Colombia sobre la Cuarta Norte.
Los buses pasaban, el sonido de los pitos replicaban y el Verde San Fernando ruta tres no pasaba. Angélica esperaba pacientemente el único transporte que la llevaba de regreso para su casa, como todo habitante de Chiminangos que se encontraba alrededor de la vía.Dando espera al bus, una señora de piel oscura, cabello ondulado, contextura gruesa y acento extranjero, se acercó a la joven rubia para preguntar por el lugar donde está situado edificio de abogados. Angélica, angustiada de no saber dar respuesta a la pregunta, azaradamente comienza a mirar a su alrededor como única reacción, mientras que la señora insistía por la ubicación de dicho lugar. En aquel momento caminaba una señora delgada, cabello negro, tez trigueña, quien al escuchar decide ayudar a dar una solución a la “morena”, explicándole que el sitio se encontraba en la esquina.
Sospechosamente la dirección no era el único problema, ya que la actitud de la supuesta “perdida”, fue ponerse a llorar, diciendo: “Necesito de ustedes, ya que me gane la lotería, pero no puedo cobrarla, porque soy venezolana”.Las lágrimas de aquella mujer eran tan aterradoras, que Angélica no sabía qué creer; lo único que recuerda del inicio de todo, es que la venezolana meneaba constantemente un papel.
Repentinamente el mareo, visión borrosa y cuerpo flagelado hacían de la suyas haciendo ver a Angélica como un títere manipulado por las dos señoras. La joven respondía a todas las preguntas que le hacían: ¿Dónde trabajas? ¿Con quién vives? ¿Estás sola en la casa? ¿Tu mamá tiene joyas? Ella como marioneta respondía a todas sus preguntas agregando que poseía doscientos mil pesos en efectivo.
Aprovechando la ocasión, la señora pidió prestado esa cantidad de dinero, pero bajo el efecto que generaba el movimiento del papel, la estudiante de inglés no reaccionaba. La montaron en un taxi marca chevrolet, su conductor; un hombre borroso de gorra roja, era el encargado de conducir el vehículo hacia a la casa de Angélica, para sacar su dinero. ¿Tu mamá está? “Si”, respondió con un tono de cansancio y con su voz cada vez más baja.
Silenciosamente entra a la casa, su madre observa el reloj minuciosamente, el cual marcaba la 1:15 p.m., percatándose; decide preguntar el por qué de la hora de su llegada. “Vengo a recoger algo y debo volver al Colombo, porque estoy en un concurso y necesito llevar el pasaporte”, respondió Angélica sin que su mamá se diera cuenta de lo que estaba pasando.
Sacó la plata, la guardó en el bolso junto a su billetera, el pasaporte, y el mp3, el cual usaba en el momento de esperar su transporte.Al cerrar el bolso, salió corriendo de su casa para encontrarse de nuevo con las personas, quienes la llevan devuelta al restaurante que se encontraba al frente de su institución.
El Arca, como se llama el establecimiento, fue la última parada para Angélica y compañía. Subieron al otro piso y tomaron asiento, mientras que una de las señoras se dirigía al baño, al mismo tiempo la venezolana le hace entrega de un sobre a la estudiante, explicándole que con eso puede reclamar el premio de la lotería; ella lo recibe y le hace entrega del bolso bajo el efecto de lo que le dieron al inicio de la tarde, ya que pese a las circunstancias confiaba en ellas, tanto así, que pensó que las señoras regresarían con su dinero.Después de una hora cumplida, Angélica retoma el conocimiento poco a poco, dando un giro a su rostro normal, a tristeza, lloró desesperadamente por haber sido una de las tantas victimas de la violencia en la ciudad, sin papeles, ni dinero, y con un viaje retrasado que la puso en dirección a las oficinas de la Fiscalía, donde le informan que fue víctima de un paseo millonario a causa de la escopolamína.

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El pRiMeR TiTiRiTeRo dE GuAnTe en CoLOmBiA

en construcción

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domingo, 6 de septiembre de 2009

La cAsA De lOs tItErEs

“Se empieza a trabajar con los dedos, luego con las manos y por ultimo con el brazo, pero no podrás llamarte titiritero hasta que no trabajes con el corazón”.




Un pequeño espacio donde las fantasías, los cuentos y los muñecos cobran vida en cada una de las manos que hacen parte del grupo de artistas, que tratan que cada personaje quede grabado en el corazón de cada una de las personitas que llegan al Teatro.


Pero no solo se queda satisfecho con llegar a los niños, sino también, es importante llegar a las personas mayores que todos los fines de semana acompañan a sus hijos, nietos, hermanos, entre otros a ver cada una de las funciones que en la casa del teatro se realiza.


Se dice que es difícil hacer sonreír y tener satisfecho a un niño, pero el Director Gerardo Potes cree que es mas difícil revivir el niño que se lleva dentro, el cual, muchas veces se esconde y que, en ocasiones se va apagando con el transcurrir de los años.La institución es un grupo independiente y miembro del programa Salas Hermanas en el Mundo, creada por el Ministerio de Cultura y la Secretaria de Turismo de Santiago de Cali, donde se ha recogido varios niños, niñas, adultos, discapacitados y muchas mas personas para la programación anual de El pequeño Teatro de Muñecos, en “La Casa de los Títeres”, donde se hace el proceso de creación y exhibición de las obras.



Para el 2010, el Pequeño Teatro de Muñecos con base en su plan estratégico prevé la existencia de una escuela de formación para titiriteros, en la que se consoliden varios grupos de titeres profesionales con un amplio repertorio; un considerable número de públicos formados y propiciar la apertura de nuevos espacios tanto públicos como privados que cuenten con salas, bibliotecas, videotecas, museos, entre otros, donde se desarrolle y fortalezca una cultura titiritera...


TuS OpIniOnEs Y PeNsAmIeNtOs cUeNtAn mUcHo AkI... NuEsTra UrBe